Cocina de mercado de la mano de Rubén Puchol

15 de marzo de 2024

Para alcanzar la excelencia, el restaurante cuenta con el chef Rubén Puchol, quien tiene 15 años de trayectoria y está especializado en la cocina de producto preparada a fuego lento. Entre sus objetivos está “recuperar las largas cocciones y las elaboraciones cuidadas de toda la vida, aquellas que nos recuerdan a la cocina de siempre, la del ‘chup chup’ que ya no se practica con frecuencia”, afirma. Lo cual no exime de que haya algunos platos más internacionales, puesto que “estamos en una ubicación donde también hay público turista, de negocios y gente más joven”, admiten.

Por tanto, la carta, disponible todos los días del año, en horario de 13.00 a 23.30, está dividida en varias secciones: la de ibéricos y quesos, los entrantes fríos y calientes, y los platos principales. En este punto, pasamos a las carnes a la parrilla, una de las fortalezas del establecimiento, así como a las fideuás y arroces, preparados a partir de producto fresco y de calidad. Por supuesto, también hay tapas clásicas y dulces icónicos. ¿Con más detalle? Aquí va un pequeño adelanto de algunos de los platos que pueden degustarse en El Gordo de Cortes, conocidos por todos, solo que revisitados desde su fogón:

🍽 La sepia encebollada, un entrante caliente para abrir el apetito. La cebolla, que es el primer paso para darle forma, se pocha lentamente durante 7 horas, para después acompañarse de huevo a baja temperatura y tierna papada ibérica.

🍽 La titaina, un clásico originario del barrio de El Cabanyal, donde siempre se ha practicado una cocina marinera debido a su proximidad a la costa. La titaina de El Gordo de Cortes es ligeramente diferente, dado que el atún se prepara a baja temperatura, logrando una textura suave que se desmiga en el plato. En último lugar, se le añaden encurtidos, copos de bonito ahumado y un huevo frito.

🍽 Y por supuesto, la famosa paella valenciana de pollo, conejo y pato, además de alcachofas y caracoles, conforme establece la tradición. Con ingredientes frescos y una fina capa de arroz, imprescindible si visitas el restaurante. También destaca el arroz al horno, el de toda la vida, cocinado en cazuela de barro.

Son solo algunos ejemplos de esa propuesta gastronómica casera, que se completa con carnes como el entrecot de Mamet o la vaca rubia gallega, y los pescados salvajes, entre los que se cuenta la pieza de kilo de rodaballo o el gallo de San Pedro, ambos servidos enteros en la mesa. Y por supuesto, fuera de carta, dado que dependen del mercado. ¿Con qué acompañarlos? En lo que a carta líquida se refiere, el restaurante cuenta con una amplia bodega de vinos blancos, tintos y rosados. De diferentes denominaciones de origen, de modo que la travesía puede empezar con un AS Sortes (D.O. Valdeorras), el Ossian Verdejo (Viñas Viejas de Segovia) o un clásico Castillo de Ygay (D.O. Rioja), para acabar regresando a casa con un Materia Bobal (D.O. Utiel-Requena). Y por supuesto, las referencias internacionales, que viajan desde Francia hasta Argentina.

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